Salvador dio cuatro dobles y se rompió el cinturón deslizándose. “Pasa cuando eres así de rápido”

25 de abril de 2025

KANSAS CITY -- El cinturón se rompió cuando Salvador Pérez se deslizaba hacia la segunda base durante el tercero de sus cuatro dobles en la doble tanda del jueves, y una breve pausa le permitió al veterano venezolano cambiarse la correa rota por una nueva.

Poco después, el cinturón roto colgaba en el dugout cual trofeo, y los Reales estaban completando una barrida en la doble cartelera sobre los Rockies. Después de rescatar al abridor del primer juego, Cole Ragans, en su victoria por 7-4, los Reales se impusieron por 6-2 a segunda hora.

La del jueves marcó la primera barrida para los Reales en una serie esta temporada y su cuarta victoria consecutiva después de una racha de seis derrotas.

Pérez piensa que Ragans fue quien colgó la correa en el dugout.

Un amuleto de buena suerte, tal vez, o simplemente un símbolo del gran día de doble cartelera de Pérez.

“No sé”, dijo Pérez, sacudiendo la cabeza. “Estoy muy pesado”.

O quizás es lo que dice Bobby Witt Jr.: “Eso es lo que pasa cuando eres así de rápido. La fricción de la tierra y todo, simplemente lo rompe”.

Claro, podemos optar por la respuesta científica de Witt. Cualquiera que sea el caso, es difícil discutir con los resultados de Pérez el jueves: conectó cuatro dobles entre ambos juegos, se fue de 8-5 con una base por bolas, empujó cuatro carreras y anotó tres.

“Es enorme”, dijo el abridor del segundo duelo, Michael Lorenzen, después de lanzar seis entradas sólidas permitiendo solo una carrera. “Para él hacer eso y liderar el camino, sientes que las cosas están cambiando un poco”.

Y quizás sea así. Los Reales han estado en un mal momento ofensivo últimamente. Antes de comenzar la jornada del jueves, no habían anotado más de cuatro rayitas en un juego desde el 4 de abril, un periodo de 17 juegos.

Pero ahora lo han hecho en cotejos consecutivos, y todo en el mismo día.

Pérez dijo que los bateadores de los Reales hablaron cuando regresaron de Detroit después de una gira en que jugaron para de 2-8 y se recordaron a sí mismos que era hora volver a lo que mejor saben hacer.

“Al principio de la temporada, estábamos tratando de hacer demasiado”, explicó Pérez. “Y no va a funcionar de esa manera. Necesitas mantener la línea en movimiento. Tomar lo que te den: si es una base por bolas, tomar la base y dejar que el tipo detrás de mí haga su trabajo”.

Incluso Pérez, un veterano de 34 años con 14 temporadas en las Grandes Ligas, puede caer en esa trampa. Llegó al jueves bateando solo .135/.235/.293, y su sencillo en la novena entrada del martes rompió una racha de 12-0.

“No me gusta empezar de la manera en que empecé la temporada”, aseguró Pérez. “Pero también es una temporada larga. Solo necesitas hacer tu rutina todos los días, prepararte para jugar el juego y jugar duro, y ver qué pasa. Sabes lo difícil que es el béisbol.

“A veces vas a estar arriba, a veces vas a estar abajo. Pero sí, me siento bien ahora mismo. Me hizo sentir mejor, especialmente que ganamos ambos juegos. Todavía mejor”.

Días como el jueves ciertamente ayudan. Dos de los dobles de Pérez llegaron en el primer cotejo, junto con una base por bolas. Dos dobles más llegaron en el segundo, junto con un sencillo. El fiasco del cinturón roto ocurrió en su primer doble del juego dos, cuando mandó una bola contra la pared del jardín izquierdo y luego tuvo que deslizarse en segunda base para evitar ser out.

Después de cambiarse la correa, Pérez avanzó a tercera con un roletazo de su compatriota Maikel García y anotó con el elevado de sacrificio de Michael Massey.

“Hoy estaba corriendo las bases más rápido de lo que jamás lo he visto”, dijo Witt Jr. sobre Pérez. “Tenía como un paso extra en su carrera...

“Él es el centro de la alineación. Es el corazón y el alma de la alineación. Siempre que le va bien, es divertido de ver. Y cuando se calienta, está que arde”.

Witt conectó dos hits en cada juego para extender su racha de duelos dando imparables a 16, la mejor marca de su carrera. Los Reales también recibieron aportes de Massey y Hunter Renfroe, quienes han estado pasando por un bache, así como un sólido Juego 2 de Vinnie Pasquantino, quien conectó un sencillo productor y recibió una base por bolas contra el abridor de los Rockies, Chase Dollander.

Ahora, los Reales (12-14) están a solo dos juegos por debajo de .500 mientras se preparan para recibir a los Astros en el Kauffman Stadium este fin de semana.

“Ganar va a reforzar el estado de ánimo más que solo la ofensiva, y eso es lo que hace que estos muchachos sean un buen equipo, es que no les importa si es 1-0 o 2-1 o 10-9”, aseguró el manager Matt Quatraro. “No hay señalamientos cuando ganas de una manera u otra. Creo que eso es lo más importante”.